
Para este concurso el planteo surge de la exploración (casi involuntaria) de investigar la vivienda como sistema blando. La idea de adaptabilidad nos lleva a explorar el uso que se le da a los espacios individuales y a los colectivos y las formas que tienen de interactuar. Las habitaciones tratan de ser cómodas dando cabida a múltiples usos que
pueden asociarse a estas, además de meramente dormir. Pero ¿que pasa cuando estas actividades desean vincularse con otros espacios y vivencias? ¿Dejar la individualidad para pasar a ser colectivas? Los muros pivotantes permitir rearmar los espacios con un sencillo movimiento generando multiplicidad de apropiaciones, manteniendo independientes las zonas de servicios que se repliegan del esquema lineal general. El volumen resultante que comprende la vivienda termina por independizarse francamente del sustrato acompañando la idea de un habitar desprejuiciado. Debajo de la vivienda, en contacto con el suelo se subdividen diversas áreas donde crece el verde, donde hay espacios techados y abiertos, que deambulan desde el ingreso, pudiendo abarcar todo el espacio exterior conformado por un único aire.
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